La Edad del Bronce supuso un cambio sustancial de la cultura y la sociedad. Se pasó de una cultura que primaba la colectividad a una sociedad muy estructurada, con jefaturas destacadas y especialización en el trabajo. Un factor importante en este cambio fue la producción y explotación del metal, que exige tanto conocimientos técnicos específicos, como reparto de funciones del trabajo, y, finalmente, una coordinación de todo lo anterior.
Se pasó de enterramientos en dólmenes a enterramientos individuales en cistas, la cultura material cambió igualmente, incorporando otras formas cerámicas y, sobre todo, un mayor repertorio de instrumental metálico.