El poder del Imperio Romano supuso la introducción en todos los territorios que dominaba de elementos propios como un idioma común, el latín, aquí ejemplificado por una inscripción en bronce, nuevos dioses, y se generalizan las representaciones escultóricas monumentales que transmitían la idea del poder imperial.
Se mantuvo y desarrolló la base económica anterior, fundamentada en la agricultura y la ganadería, ejemplificadas por una hoz y un cencerro, y se potenció la minería, representada por un pico.