EL TURUÑUELO DE GUAREÑA -o Casas del Turuñuelo- es uno de los yacimientos más relevantes de la Protohistoria de la Península Ibérica, fechado hace 2.500 años. Cinco años de campañas arqueológicas han sacado a la luz parte de un gran edificio monumental, excepcionalmente conservado, cuyos restos demuestran que tuvo un final abrupto, envuelto en sacrificios masivos de animales y un gran banquete ritual.
SU ARQUITECTURA y los objetos que guardaba lleva a los arqueólogos a trazar una estrecha relación con Tarteso (siglos VIII – V a.C.), una cultura que es resultado de la mezcla de las comunidades indígenas de suroeste peninsular y los colonizadores procedentes del Mediterráneo, principalmente fenicios. Sus moradores hacían ostentación de su poder, de unos gustos refinados, de unas señas de identidad cultural y de unas creencias religiosas que van más allá de todo cuanto les rodeaba entonces.
SUS RESTOS lo convierten en una oportunidad excepcional para comprender la identidad de quienes habitaron aquí, su relación con las gentes venidas del Mediterráneo oriental y el curso de una historia que se confunde con la leyenda, que parece arrancar del mito del remoto Tarteso, proyectándose hacia un mundo que entra en crisis hasta su desaparición tal y como se conoció, siglos antes de que cartagineses (primero) y romanos (después) se comenzaran a disputar el control del Mediterráneo.